Los niños adoran los cuentos infantiles, y no es para menos puesto que normalmente son muy divertidos y estimulan la fantasía e imaginación. Al mismo tiempo, siempre y en toda circunstancia fui un lector y relector de cuentos… La impresión de que grandes novelas como Don Quijote y Huckleberry Finn son virtualmente amorfas, me sirvió para reforzar mi gusto por el cuento, cuyos elementos indispensables son la economía, así como un comienzo, un conflicto, y un desenlace, meridianamente determinados.

— No me hiciste caso tampoco esta vez, mas te asistiere pues me das lastima, te llevare al castillo de oro, cuando llegue la media noche debes saltar sobre la princesa la que se dirige al baño Navegar a estos chicos esa hora, debes besarle en la boca y decirle que deben partir, pero por mas que la princesa te lo solicite no permitas que se despida de sus progenitores — Recomiendo el zorro indicándole que se subiese a su espinazo.

La presencia de las literaturas africanas, orales escritas, en las librerías españolas suele ser escasa, por no decir inexistente; no ocurre lo mismo en países vecinos como Francia Portugal, donde la presencia cultural africana es parte de sus idiosincrasias históricas y culturales, aun, de sus propias peculiaridades como naciones modernas y multiétnicas; en cambio España, a pesar de que también fue afortunada con un pedazo, en verdad un pedazo, del territorio africano que se repartieron a lo largo del siglo XIX las potencias occidentales, nunca ha mostrado gran interés cultural por el cercano continente africano.

¿De qué trata?: Un matrimonio feliz con 7 hijos varones extrañan tener una pequeña, a lo largo de años desearon poder tener una hasta que su esposa queda encinta, pero la pequeña nace con problemas de salud que le hacen peligrar, el padre manda a sus siete hijos a buscar agua al pozo, mas los chicos jamás regresa, el padre enfurecido solicitó los maldijo sin querer y los 7 hermano se transformaron en cuervos.

Teresa tenía cuatro años y medio, estaba en esa edad en que no se acababa de relacionar ni con los niños de poco más de 4 ni con los de poco menos de cinco; una situación complicada, y un sentimiento que, su tío Alberto -siquiatra en funciones de la familia-, le diagnosticó de qué manera una leve trastorno de vacío social, plenamente transitorio y que se solventaría por si acaso solo en un periodo de nunca más de seis meses.

Los cuentos permiten al pequeño trabajar con sus enfrentamientos internos y es por ello que, con mucha frecuencia, acostumbran a pedir al adulto que les cuente una y otra vez exactamente el mismo cuento, ya que es por medio de la reiteración como pueden darle sentido y realizarlo hasta cerrar la historia al extraer sus conclusiones — enseñanza— al paso que promueven y ejercitan su imaginación y inventiva.

Obras de Alfredo Bosi: Pré-Modernismo (mil novecientos sesenta y seis); História Concisa da Literatura Brasileña (mil novecientos setenta); Conto Brasileiro Contemporâneo (1975); A Palavra e a Vida (mil novecientos setenta y seis); Ser e Tempo na Poesia (mil novecientos setenta y siete); Araripe Jr. — Teoria, Crítica y también História (mil novecientos setenta y ocho); Reflexões sobre a Arte (1985); Cultura Brasileira, Temas e Situações (mil novecientos ochenta y siete); Céu, Inferno: Ensaios de Crítica Literária e Ideológica (1988); Dialética da Colonização (1992); Misterio do Olhar (mil novecientos noventa y nueve).

En los cuentos infantiles, se aprecia una sempiterna lucha del bien contra el mal con un arquetípico dualismo que imbuye en la mente de los pequeños estas 2 caras de la vida por medio de tan maniqueo planteamiento, transmitiéndoles el mensaje de que la lucha contra las dificultades de la vida es inevitable y también inherente a la condición humana.

La tendencia contemporánea en este inicio del siglo xxi, es a jerarquizar al microcuento, una suerte de haiku de tipo narrativo, cuya extensión se define, en la mayoría de las veces, a propósito máximo recomendado para los intercambios de mensajes de texto (sms) en la telefonía celular, por la extensión de un tuit Aparte de Twitter, otras redes sociales también han sido medio para la publicación de microcuentos, por fuera de la plataforma tradicional de los libros y de las publicaciones periódicas.